sábado, 20 de febrero de 2016

Solo...

Empecé este viaje solo, sin conocer a nadie, sin hablar con nadie, me había resignado a viajar por toda Europa sin comentar mis aventuras a nadie mas que a quienes leen esto, y así comenzó mi viaje, con giros que ni siquiera el mejor guionista podría escribir...





A lo largo de estos diez días he conocido gente realmente única, con sus defectos y sus virtudes, con sus pros y sus contras, veníamos del mismo país pero muchos jamas nos habíamos visto las caras, vagábamos por el universo cual estrellas errantes buscando objetivos en nuestras vidas, buscando una chispa que nos hiciera sentir vivos, y eramos eso, chispas en el inmenso vacío que es el universo.

Pero todo cambió cuando el destino, caprichoso sin dudas, nos quiso unir bajo el pretexto de un viaje. Y las chispas ardieron con intensidad, nuestras almas parecían hogueras en la noche mas fría del invierno mientras aprendíamos cada vez mas uno del otro.

Hoy nuestros caminos se separan, y no se con cuantos volveré a encontrarme en un tiempo, y aunque me encantaría encontrarme con todos, se que el destino pocas veces nos complace tanto.

Demostramos que eramos chispas inofensivas en el universo, que vagábamos por las ciudades como huérfanos, pero al unirnos, al compartir alegrías y tristezas... Formamos una hoguera capaz de hacerle saber al universo que hoy, aqui, en este preciso instante, nosotros controlamos nuestros destinos.

Mañana partiré, y aunque físicamente estaré solo, llevaré en mi corazón cada historia, cada palabra, cada risa y cada llanto que compartimos, no olvidaré jamas las noches por esa ciudad tan antigua, ni las charlas y risas en horas en las que el mundo debería dormir... No diré adiós, porque los adioses son para siempre... Solo diré... Nos vemos en la 240 cuando el destino nos vuelva a juntar... Salud!

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