Ciudad permanentemente apurada,
personas que corren sin llegar a ningún lugar,
pasando por Atocha, terminando en Alcalá,
mira en que ciudad te vengo a encontrar.
Ibas caminando, mirando sin mirar,
quizás es por eso que contigo me fui a tropezar,
distraída, mas baja de lo normal,
unos ojos negros faciles de mirar.
Pero esta ciudad me contagió de esa enfermedad,
solo tuvimos un día para poder disfrutar,
maldita ciudad que nos hace movernos con celeridad,
supongo que alguna vez te volveré a encontrar.
Caminaremos desde Atocha hasta Alcalá,
visitaremos la Gran vía, no extrañaremos el mar,
en la puerta del Sol nos volveremos a encontrar,
y esa vez, las palabras sobrarán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario